lunes, 18 de febrero de 2008

Aprendiendo a ser mayor

Estamos haciéndonos mayores. No paramos de crecer y además cada vez somos más inteligentes, más guapos, más atractivos y estamos más llenos de dudas que nunca.


Cada vez somos más los que nos atrevemos a decir no a las tradiciones. A dejar de lado las supersticiones y los maleficios. Cada día pensamos más por nosotros misnos. Nos liberamos.


Dejamos la religión para los religiosos y para los que no quieren pensar o quieren pensar como lo que impera.
Por que la religión es en difinitiva un conjunto de falacias en las cuales no debemos de dejar de creer cuando somos mayores. Nos obligan a seguir manteniendolas vivas de algún modo.


Igual que al niño un día sus padres le enseñaron la idea de Santa Clause, Papa Noel, San Nicolás o Los Reyes Magos de Oriente, a la humanidad, al hombre, sus padres, sus ancestros le enseñaron la idea de Dios. Podemos además recordar que un niño nunca está listo del todo para comprender algo tan vanal como que sus padres intercambian el dinero fruto de su trabajo por regalos para ellos.


El hombre a su vez, a menos que haya trabajado mucho y haya hecho un gran esfuerzo intelectual, nunca se hallará lo completamente seguro de sí mismo para aceptar la visión del cosmos con toda su violencia, sin angeles protectores, salvación o juicios finales que valgan (esto siempre me refiro, a una persona que haya sido educada religiosamente) Por ello el hombre puede así seguir siendo un niño por mucho tiempo.


Nuestros antepasados, los chamanes, espiritistas, evangelistas, etc... fueron en definitiva nuestros padres y nosotros aquí y ahora somos los hijos. Unos hijos que ya quizás nos atrevamos a levantar a la cama sus faldones o a mirar por arriba de los armarios para así poder ver los regalos escondidos: regalos que son para ti. No permitas que nadie te esconda lo tuyo. Abre tu mente y juzag por ti mismo.

¡Que dé comienzo la búsqueda!

2 comentarios:

Akroon dijo...

Me había perdido yo este post... bueno, este y el que viene después...!

Crecer, hacerse mayor y aceptar que tal vez lo que ves es lo que hay, que la vida no es necesariamente justa, que no hay karma que justifique lo puta que lo pasas y que no toda acción comporta siempre una reacción, puede resultar doloroso en ocasiones.

Aunque claro... pensar que todo esto es una simple prueba, tampoco es alentador.

Sea como sea, la magia y el encanto siempre estuvo en la búsqueda, no en la meta...

*Y no me mola nada que tu antispam sea rqppufea.

1berto dijo...

akroon, tu lo acabas de decir, en la búqueda. Eso es lo más esencial. Hay un presente, una realidad, un aqui y un ahora. Que estamos de paso, es inevitable, que la vida no sólo no es necesariamente justa si no que es desgarradoramente injusta también es cierto.

Pero por suerte cuanto más mayor me hago menos acepto que lo que hay es lo que hay. Así que juego y experimento con la realidad a mis anchas.

Es el espiritu del club de los poetas muertos. Librepensadores. Perdoname que te encasille tan pronto, pero tu akroon eres una de ellos.